07 septiembre 2010

Sigue el Temminck

Como diría Mikel, ¡se saluda!

Muchas ganas tenía de pisar Zolina después de varios meses. Y aunque el tiempo no ha acompañado, no me ha defraudado en absoluto. Esta mañana he acompañado a Ricardo y nos hemos dado la vuelta de rigor.
Hemos entrado directos a la balsa sin prestar mucha atención a los paseriformes, pero mirando de reojillo a ver si todavía encontrábamos algún dorsirrojo perezoso que se dejara ver en estas fechas, sin suerte.
Ya sobre la lámina de agua nos ha recibido un gran grupo de zampullines cuellinegros que superaba la treintena. Tras ellos, una decena de cucharas medraban más cerca del dique. Nos hemos animado a acercarnos a la playa, donde desde la distancia se intuían varios limícolas. En efecto, varios chorlitejos, un archibebe claro, dos avefrías y un correlimos común compartían zona de reposo y alimentación con nuestro amigo temminckii.
En la lejanía se distinguían perfectamente un cisne vulgar y una cigüeña blanca, y varios limícolas sp. se han quedado sin identificar porque un aguacero nos ha hecho retroceder y volver al coche.
Varias reidoras se afanaban también por encontrar algo que llevarse al buche.
Ya de vuelta hacia el pueblo y con mejor tiempo hemos ido identificando pajarillos: tarabillas, curruca zarcera, capirotada, carbonero... y un pequeño ejército de papamoscas cerrojillos, mensajeros de la proximidad del otoño.
¡Cómo se echa de menos esto por allí abajo!
A ver si saco otro rato y vuelvo con mejor luz y más tiempo antes de marchar de nuevo...

3 comentarios:

jorge nubla carmona dijo...

Esta mañana muy tempranito he localizado el temmink, seguían los correlimos comunes y los menudos,no he visto las avocetas y como novedad una patiamarilla juvenil. También el agua me ha echado para casa.

Un saludo.

Xabi Remírez dijo...

Cierto, se me olvidó comentar lo de la patiamarilla, que también estaba a eso de las 10h.
Un saludo

mikelgar dijo...

Qué tío! Con chófer y tolbelén.
Es lo que tiene acostumbrarse a la abundancia...je,je....serás de los pocos que estando en aquel paraiso, echan de menos estas latitudes. Eso sí, con las mejores razones.
Un saludo, Xabi.